Si tu ser imparte un ruego,
si clama por palabras
que muerdan labios
yo seré el verso
que retumba en ecos en tu oído
fuerte, fugaz, corto y fresco.
Si degustas el champagne
con la lengua ávida de sabor
yo seré el trozo de amargo
que turbará el refinado dulce
que esperaba tu ser.
Si el teléfono resuena
gritando, gimiendo por atención
yo seré el tono de ocupado
que no lo dejará encontrar el silencio.
Si se planta un árbol en la tierra
yo estaré debajo de la semilla,
si llueve descontroladamente
yo seré el hueco en el paraguas
que mojará el hombro de tu sostén.
Si tus pies desean jugar
al ritmo de la rayuela tanguera
yo estaré dibujando los asfaltos
que reflejan el vestido que te cubre.
Me basta con cerrar los ojos
para replantear los surcos de tu sonrisa,
me sobra con que funda en verdades
los sonidos insolentes que causo
para crearte un continente soñado
en donde disuelva tu cuerpo trémulo
como una luna sobre el agua.
Si soñar es lo que quieres
encontraré los mejores recuerdos
para dártelos mientras duermes.
Si amor quieres al fin
me encontrarás tras la puerta
que se abre con un pestañear
arando versos en tu nombre.