Siempre
habrá una palabra de más
en todo lo que no decimos.
Pero,
sin ser un poco hipócrita,
digo:
no desesperes
a tu mundo le sobra demasiada libertad.
Resguárdate
en reciclados;
oxigenaciones de heraldos.
Y
redesesperémonos, redesubiquémonos.
deshidratémonos, evaporémonos
pero siempre, a pesar de todo,
seamos algo
similar
a lo
mismo.
Con el residuo
de esas palabras
desperdiciadas
formemos quienes
somos.
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