miércoles, 4 de septiembre de 2013

No hay tanto perdido.

Siempre
habrá una palabra de más
en todo lo que no decimos.

Pero,
sin ser un poco hipócrita,
digo:
no desesperes
a tu mundo le sobra demasiada libertad.

Resguárdate
en reciclados;
oxigenaciones de heraldos.

Y

redesesperémonos, redesubiquémonos.
deshidratémonos, evaporémonos

pero siempre, a pesar de todo,

seamos algo
similar
a lo
mismo.

Con el residuo
de esas palabras
desperdiciadas
formemos quienes
somos.

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