Déjame escuchar otra vez
como respiras así;
como si el sonido
recitara cercanía.
De esa manera
única
terríblemente inquietante
como si se escuchara
el caer de monedas
al suelo.
Y me verás
recorriendo el eco
en el reconfortante piso
buscando las monedas
que cayeron de tu voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario